Gastronomía

Morcilla de Burgos

El yantar en tierras burgalesas podría definirse con la frase: La tierra del buen vino, la morcilla, el lechazo y la sopa castellana.

Dos productos típicos se enseñorean del nombre de Burgos: la morcilla y el queso, ambos conocidos como “de Burgos”.

Pero la gastronomía burgalesa es mucho más. Tradicionales son el cordero asado, la sopa castellana y la olla podrida, sin olvidarnos de la pesca, en especial la trucha y la caza, en temporada. Como postres, el “del abuerlo” o la cuajada.

Excelente repostería: dulces tradicionales como las yemas de Burgos. Todo ello regado con un buen vino de la Ribera de Duero.

El cochinillo asado es una variedad de asado de un lechón (denominado cochinillo). En la cocina española es muy popular en la zona de Castilla, siendo en la variedad más popular el cochinillo de Segovia. Su popularidad se extiende en España también por Aragón y La Mancha. Es tradicional ser elaborado al horno en cazuelas de barro y servido a los comensales caliente, con la carne exterior crujiente. Uno de los mejores maridajes a la hora de servirse caliente es el vino.

La morcilla de Burgos es un alimento básico de la gastronomía burgalesa. Procedente del cerdo, se compone básicamente de cebolla, sangre, manteca y arroz, a la que se añaden otros componentes. La tradición oral dice que debe ser: «sosa, grasosa y picajosa».

Los viñedos acogidos a la Denominación de Origen Ribera del Duero están localizados en Castilla y León (España), dentro una franja de la cuenca del río Duero, de unos 115 kilómetros de longitud y 35 de anchura, situada en la confluencia de las provincias de Soria (19 municipios), Burgos (60), Segovia (4) y Valladolid (19). Comienza aproximadamente por el este en San Esteban de Gormaz y se extiende hasta Quintanilla de Onésimo en el oeste. A finales de 2005, los cultivos de la zona constituían aproximadamente el 20% de toda la extensión dedicada al cultivo de la vid en España. Comprende una superficie de viñedo inscrita de 20.956 Has. y consta de 8.331 viticultores activos (año 2009).

Los vinos de la D.O. Ribera del Duero son fundamentalmente tintos, aunque también existen rosados. La variedad de uva más característica es la denominada genéricamente Tinta del País, conocida en el mundo del vino como Tempranillo, la cual constituye más del 90% de la producción. Según las normativas del Consejo Regulador, para que un vino pueda acogerse a la denominación de origen debe incluir al menos un 75% de Tempranillo en su elaboración. En total, no menos del 95% de la uva debe ser Tempranillo, Cabernet Sauvignon, Merlot y Malbec. Las uvas Garnacha y Albillo están permitidas, pero en pequeñas cantidades.